Análisis isobárico de superficie y frentes previsto para el 13 diciembre de 2015, 12 UTC. Esquina inferior izquierda, imagen IR actual de la baja. Crédito: NOAA-SSEC.

Análisis isobárico de superficie y frentes previsto para el 13 diciembre de 2015, 12 UTC. Esquina inferior izquierda, imagen IR actual de la baja. Crédito: NOAA-SSEC.

Mientras en España seguimos con un panorama meteorológico caracterizado por la estabilidad, en altas latitudes del Hemisferio Norte la atmósfera sigue mostrándose extraordinariamente activa, con la formación de profundas borrascas tanto en el Atlántico Norte, como en el Pacífico Norte. Precisamente allí es donde centramos nuestra mirada hoy ¿Por qué?

Porque los modelos meteorológicos prevén la formación de una borrasca muy profunda o bomba meteorológica, originada a partir de un proceso de ciclogénesis explosiva.

Precisamente encabezando esta entrada hemos fijado una figura que muestra el análisis isobárico de superficie y frentes previsto por el Centro de Predicción Oceánica del NOAA americano para el 13 de diciembre a las 12 UTC. En dicha figura vemos que la borrasca, en esos momentos, habría alcanzado una presión mínima de 934 hPa, equivalente a la que puede desarrollar un huracán de categoría 3.

Superpuesta a este mapa, también hemos incluido una imagen infrarroja de la baja que va a servir de germen para este proceso tan explosivo. Esta baja, en esos momentos (las 15 UTC de hoy), se encontraba sobre Japón, originando lluvias intensas y vientos localmente fuertes.

Diagramas de fase que muestran en explosivo proceso de intensificación de la borrasca en el Pacífico Norte entre Japón y Alaska. Modelo GFS.

Diagramas de fase que muestran en explosivo proceso de intensificación de la borrasca en el Pacífico Norte entre Japón y Alaska. Modelo GFS.

Los diagramas de fase basados en el modelo GFS son sencillamente impresionantes, pudiéndose decir que «se vuelven prácticamente locos» con la línea del diagrama marchándose hasta la zona roja que indica la formación de un núcleo cálido en la borrasca.

Probablemente el proceso no sea tan exagerado como prevé el modelo y, aunque así fuese, la formación de un núcleo cálido no respondería a la transformación de la borrasca en un ciclón tropical, sino que hay ocasiones en que los procesos de ciclogénesis tan explosivos llevan a las borrascas que los sufren a arrancar una bolsa de aire cálido a partir de la advección cálida que las acompaña. Es lo que se conoce como seclusión cálida.

Algunas animaciones, como la que se observa en este twit del meteorólogo Ryan Maue, reproducen de forma fiel la intensidad del proceso.

De la misma forma, cómo se perturba el nivel de la Tropopausa, y el descenso de aire seco de niveles superiores.

Una borrasca de tan potencia está llamada a producir un temporal marítimo de enorme magnitud, con vientos de fuerza de huracán, tal como revela los mapas que podemos ver en este otro imprescindible twit del Centro de Predicción Oceánica del NOAA.

¿Es normal la formación de borrascas tan intensas? En altas latitudes y en esta época del año, SÍ. Lo que llama la atención es que, tanto en altas latitudes del Atlántico Norte como del Pacífico Norte, se están formando auténticos trenes de borrascas monstruosas, con efectos muy pronunciados como ya sabemos en el Reino Unido y Noruega, o la mitad septentrional de la Costa Oeste de los EEUU y Canadá.

Si estas borrascas se forman fuera de temporada, pueden tener un gran impacto sobre el hielo del Ártico.