Imagen visible de la borrasca invernal "Mars" frente a la Costa Este de los USA, 8 de febrero de 2016, 15 UTC.

Imagen visible de la borrasca invernal «Mars» frente a la Costa Este de los USA, 8 de febrero de 2016, 15 UTC.

En nuestra búsqueda cotidiana de los fenómenos meteorológicos más singulares, hoy tenemos que trasladarnos de nuevo hasta los alrededores de los USA. Frente a la Costa Este, influenciada en parte por las enormes cantidades de humedad que el chorro subtropical está arrancando del Pacífico, se ha formado una intensa y singular borrasca invernal. A continuación te contamos por qué.

Este intenso sistema de bajas presiones no tropical fue bautizado con el nombre de Mars por el famoso canal de TV The Weather Channel, dedicado a la la información meteorológica, y que cada año confecciona una lista de nombres que asignan a las borrascas durante la temporada invernal.

Encabezando esta entrada hemos elegido una imagen visible, de las 15 UTC de ayer (las 16 horas locales en España), en la que se observa a la borrasca invernal Mars en su apogeo. A su impresionante sistema de frentes, con uno de carácter frío con una gran actividad convectiva, se le añadía el hecho de tener un centro convectivo formando un mesovórtice muy llamativo.

Imagen visible de alta resolución, de la borrasca invernal "Mars". Satélite Suomi NPP de la NASA, 8 de febrero de 2016.

Imagen visible de alta resolución, de la borrasca invernal «Mars». Satélite Suomi NPP de la NASA, 8 de febrero de 2016.

Igualmente bella era la imagen adquirida por el sensor VIIRS del satélite Suomi NPP de la NASA, con poca diferencia horaria respecto de la primera imagen.

Ciclogénesis explosiva y desarrollo de un Sting Jet.

Las dos singularidades asociadas a la borrasca invernal Mars fueron tanto su desarrollo explosivo a través de un proceso de ciclogénesis explosiva o bombogénesis, como el hecho de que desarrollara un sting jet o chorro en aguijón.

Ambas características, en la forma en que se dieron, son muy raras en latitudes tan bajas, tal y como puso de manifiesto en Twitter el científico y meteorólogo norteamericano Anthony Sagliani.

Igualmente destacable fue el proceso de ciclogénesis, que dio como resultado una auténtica bomba meteorológica.

Además, el hecho de que el proceso ocurriera poniendo en juego grandes cantidades de humedad tropical y en las proximidades de la cálida Corriente del Golfo, hicieron que el sistema depresionario, aunque no-tropical en naturaleza, sí mostrara algunas características compartidas con ciclones subtropicales, como es la alta actividad convectiva cercana al centro, y una vigorosa circulación.

Diagramas de fase basados en el modelo meteorológico UKMO de la borrasca invernal "Mars", 8 de febrero de 2016.

Diagramas de fase basados en el modelo meteorológico UKMO de la borrasca invernal «Mars», 8 de febrero de 2016.

Los diagramas de fase también ayudan a comprender cómo se desarrolló el proceso, especialmente en cuanto a su tasa de profundización. Igualmente, ayudan a comprender su naturaleza, con diagramas típicos de bombas meteorológicas que se ocluyen rápidamente.

Como no podía ser de otra manera con un desarrollo tan explosivo, la borrasca rápidamente generó vientos con fuerza de huracán en su flanco occidental.

En este otro twit podemos observar una animación con todo el proceso de formación del sistema depresionario.

Un barco de crucero del Royal Caribbean atrapado en el temporal.

También se da la extraña circunstancia de que, a pesar de los pronósticos, un barco de crucero del Royal Caribbean se viera atrapado en el enorme temporal.

Los medios de comunicación estadounidenses, quizás con algo de sensacionalismo, desarrollaron la noticia como que el barco de la compañía se había visto sorprendido por el temporal equivalente al desarrollado por un huracán de categoría 2.

Según los datos de altimetría obtenidos por el satélite Jason-2, los vientos con fuerza de huracán desarrollados por la intensa borrasca crearon olas de 12,7 metros.

En última instancia, y ya como ocurriera con el singular huracán Alex de hace unas semanas, las cálidas aguas del Pacífico, condicionadas por El Niño, hayan tenido un importante grado de participación en la formación del fenómeno.