Presa de Oroville, California, en funcionamiento desde el 4 de mayo de 1968. Fuente: Wikipedia.

Según diferentes medios de comunicación, han sido más de 200.000 las personas evacuadas debido al temor de que la Presa de Oroville, en el norte de California, terminara colapsándose. Los daños que ha sufrido su aliviadero principal, que es la primera vez que tiene que entrar en funcionamiento en la vida de la presa, hacían temer por la integridad de todo el conjunto.

Un episodio récord de lluvias, que se está prolongando desde que comenzara este 2017, es el responsable de que la presa lleve días con su capacidad máxima sobrepasada, teniendo que evacuar ingentes cantidades de agua. Y lo peor, que va a seguir lloviendo.

Teniendo en cuenta que hace dos años se estaba hablando de la peor sequía en California en 1200 años, y que esta no comenzó a quedar paliada hasta el año pasado, resulta increíble pensar cómo la situación se ha invertido en los últimos pocos meses, especialmente en las últimas semanas.

Acumulación total de precipitaciones en los 7 días anteriores al 14 de febrero de 2017, 09 UTC. Crédito: NASA.

Gracias a los datos adquiridos a través del radar montado a bordo del satélite TRMM (Tropical Rainfall Measuring Mission, Misión de Medición de Lluvias Tropicales) del consorcio NASA – JAXA (Agencias Espaciales estadounidense y japonesa), es posible apreciar la ingente cantidad de lluvia acumulada en las montañas que alimentan la presa. Cantidades que superan los 250 mm. de lluvia en los últimos 7 días.

Con más detalle, y en otro tipo de presentación (unidades en kg/m2) se presenta la lluvia acumulada entre los días 1 y 10 de febrero.

Para el conjunto del estado, la precipitación media recogida desde el 1 de octubre es de 26,5 pulgadas (673 mm. o litros por metro cuadrado), convirtiéndolo en el periodo más húmedo desde 1982.

Tal como se indica en este blog (en inglés), la precipitación acumulada a lo largo de ocho estaciones en el norte de Sierra estuvo un 226% por encima de la media 1922 – 1998 hasta el 12 de febrero. Equivale a un 50% más de la caída hasta este momento durante el ciclo húmedo de récord 1982 – 1983 y el muy húmedo de 1997 – 1998 (coincidiendo con dos etapas récord de El Niño en el Pacífico). Esta vez ocurre tras otro El Niño de los más intensos que se conocen.

A grosso modo, estas cantidades de lluvia representan una fuerte desviación para lo que sería un año hidrológico normal en el país, con desviaciones superiores al 200% en amplias zonas.

Flujo de entrada medio diario al embalse de Oroville desde el 1 de enero de 1995 hasta el 13 de febrero de 2017. Crédito: California Department of Water Resources / NOAA.

Con estos datos de lluvia es fácil entender qué está ocurriendo con el Lago Oroville y su presa. Estos volúmenes han provocado la mayor entrada de aguas a la presa desde 1997, tal como se puede ver en la figura superior.

Y lo peor es que los modelos meteorológicos indican que va a seguir lloviendo, por lo que es difícil saber si la presa conseguirá soportar el continuo aporte de lluvia, si siguen llegando borrascas desde el Pacífico.

Por ahora, parte de esos 200.000 evacuados están pudiendo regresar a sus casas, mientras se mantiene la vigilancia de la situación.

En este enlace del Departamento Californiano de Recursos Hídricos encontrarás una galería de fotografías con los daños sufridos por la presa.