Un proyecto logra convertir CO2 atmosférico en mineral

(c) LAMONT-DOHERTY EARTH OBSERVATORY


Un proyecto logra convertir CO2 atmosférico en mineral, algo que de convertirse en una realidad factible y económicamente asumible, es una gran noticia.

En muchas ocasiones os hemos hablado en este espacio del aumento que la concentración de dióxido de carbono está experimentando en la atmósfera. Hoy, compartimos con vosotros, el resultado de un experimento realizado con éxito en Islandia, capaz de convertir CO2 atmosférico en mineral (concretamente en forma de carbonato).

Una vía que podría suponer una forma de eliminar la cantidad ingente de gases de efecto invernadero que se almacenan en nuestra atmósfera.

Técnicas de captura y almacenamiento de carbono

Durante los últimos años, diferentes equipos de investigación han tratado de poner en marcha distintas alternativas para reducir la alta concentración de gases de efecto invernadero existente en la atmósfera.

Hasta ahora, casi todas las técnicas probadas en este sentido han sido de las denominadas de captura y almacenamiento de carbono (CCS, por sus siglas en inglés).

Estos procedimientos consisten en capturar el dióxido de carbono producido (por ejemplo, en las centrales que queman fuel) para, posteriormente, inyectar ese gas en las capas profundas del subsuelo.

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El problema de este proceso es el elevadísimo coste económico, el complejo proceso para capturar CO2 de la atmósfera y el riesgo de que el gas inyectado bajo tierra vuelva a la atmósfera a través de grietas o filtraciones

Convertir CO2 atmosférico en mineral

Este equipo de 19 investigadores hizo público, en la revista Science, los resultados positivos de una prueba piloto de CCS llevada a cabo durante los últimos años en Islandia.

Los investigadores lograron eliminar de forma permanente CO2 convirtiéndolo en minerales de carbonato al poco tiempo después de inyectar este gas en rocas basálticas.

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Según informan los científicos más del 95% del CO2 inyectado en el emplazamiento CarbFix, en Islandia. Allí se mineralizó en forma de carbonato en menos de 2 años, un período muy inferior al calculado hasta ahora para procesos de CCS en otros tipos de rocas.

Los científicos inyectaron el dióxido de carbono en pozos que atravesaban lava basáltica a una profundidad de entre 400 y 800 metros.

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Fuente: http://science.sciencemag.org/cgi/doi/10.1126/science.aad8132