Siguen llegando malas noticias desde el Ártico. Las persistentes y marcadas anomalías cálidas que se llevan registrando dentro del Círculo Polar Ártico desde el otoño de 2016, están teniendo una gran repercusión en la extensión del hielo marino.

Si la evolución meteorológica y la de la banquisa ártica continúa por la misma tónica 2017 lleva camino de alcanzar uno de los máximos más pequeños desde que se tienen registros, según informa el Laboratorio de Visualización Ambiental del NOAA.

La extensión mínima de fin de verano en 2016 empató en el segundo menor récord. Como se señaló anteriormente, el crecimiento del hielo durante el invierno ha sido extremadamente lento. En noviembre, la expansión estacional usual de la capa de hielo se invirtió durante el curso de casi una semana.

Este retiro aparece en la animación: ver la cubierta de hielo entre Groenlandia y Rusia. La zona se llena de blanco a medida que las concentraciones de hielo se aproximan al 100% a mediados de noviembre, pero luego las sombras de azul vuelven a finales de noviembre y principios de diciembre a medida que el crecimiento se detiene.

Tras un récord llegará otro seguramente

La extensión del hielo marino del Ártico alcanza su máxima extensión invernal a finales de febrero o principios de marzo. Tras un récord en enero, el máximo de invierno de este año se está alineando para estar entre los más bajos registrados. El marco final muestra cuánto el hielo marino necesitaría crecer en las próximas semanas para alcanzar el máximo de invierno normal.

Anomalías de temperatura en el Ártico, 17 de enero de 2017.

Todo ello fruto de prolongados periodos en que se han producido anomalías de temperatura muy marcadas, con valores muy por encima de los +20ºC sobre lo que sería normal en el Ártico.