Un estudio de investigación realizado por la Universidad de Yale afirma que la débil actividad de El Niño entre 1998 y 2013 puso en pausa el aumento de la temperatura global del Planeta.

Según los científicos, que ese ciclo climático de menor intensidad en lugar de provocar una pausa en el calentamiento global a largo plazo, fue la causa principal de tasas más lentas de aumento de la temperatura superficial.

El calentamiento global nunca desapareció

Para el profesor Alexey Fedorov y del estudiante graduado Shineng Hu de la Universidad de Yale el calentamiento global nunca desapareció, como sugería la teoría del hiato o pausa del calentamiento global sino que estuvo enmascarada la escalada térmica por la variabilidad climática natural interanual y decenal.

Y precisamente un fenómeno climático cíclico como es El Niño que es capaz de modificar la temperatura global de la Tierra durante su aparición, contribuye a que se produzcan variaciones anuales de la temperatura media global modulando el calor que se libera de los océanos tropicales a la atmósfera.

El Niño calienta, La Niña enfría la atmósfera

El trabajo viene a confirmar algo que se había observado: La Niña enfría la atmósfera y El Niño la calienta.

Como ejemplo los científicos indican que durante la década de los años 1980 y 1990 se produjeron múltiples eventos fuertes de El Niño pero posteriormente llegó una actividad mucho más débil que desembocó en el intenso ciclo de 2014 a 2016

La influencia de El Niño 2014-2016

Según podemos leer en el estudio, El reciente aumento rápido de la temperatura global se debió principalmente a las prolongadas condiciones de El Niño 2014-2016 en los trópicos que alcanzaron una magnitud extrema en el invierno de 2015.

La liberación de calor correspondiente a la atmósfera, junto con la actual tendencia de calentamiento global de fondo, hizo de 2014, 2015 y 2016 los tres años más cálidos consecutivos del registro instrumental hasta ahora.

Un modelo para la temperatura superficial

Para desarrollar su teoría, ambos científicos crearon un modelo simple de temperatura superficial media global que tiene en cuenta el efecto de las emisiones de gases de efecto invernadero, datos de El Niño-Oscilación del Sur y aerosoles de sulfato estratosférico producidos por erupciones volcánicas.

Dicho modelo es capaz de reflejar el comportamiento de la temperatura superficial media del Planeta desde 1880 y de prever el comportamiento para el próximo año, combinándose con las previsiones sobre la evolución de El Niño.

Según dicha herramienta 2017 se mantendrá entre los años más calurosos del registro observacional, tal vez sólo un punto más frío que 2016 o 2015.