La banquisa ártica sigue mostrándose muy deteriorada

La banquisa ártica parece que ya ha alcanzado su superficie mínima anual. Se trata del segundo peor registro en 42 años.

Según el NSIDC, el pasado 15 de septiembre se registró un área de tan solo 3,74 millones de kilómetros cuadrados, el segundo valor más bajo desde que se lleva realizando este control estadístico.

Aún sería un dato no definitivo puesto que existe la posibilidad de que una nueva ola de calor en la zona pudiera hacer bajar bruscamente la superficie helada en las próximas jornadas, tras haber empezado a remontar ligeramente.

Un dato corroborado por varios organismos

El registro validado temporalmente por el Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve de EE. UU. También ha sido corroborado el Instituto Alfred Wegener que estimó una superficie de 3,8 millones de Km2.

Por otra parte, EUMETSAT Ocean and Sea Ice Satellite Application Facility (OSI SAF) y la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) coincidieron en sendos comunicados en que la superficie mínima de 2020 fue la mínima en los últimos 42 años.

La banquisa ártica en franco declive

Además del mal dato de 2020, hay que analizar la tendencia que se viene arrastrando: durante los últimos 14 años (de 2007 a 2020) se han medido las 14 extensiones mínimas más bajas desde que se mide este parámetro, es decir, desde hace 42 años.

Las causas para que ocurra tanta perdida de hielo

Los científicos achacan a varias causas la pérdida masiva de hielo este verano, aunque de una forma muy resumida será la confluencia de temperaturas extremadamente altas en el aire y en el océano respecto de lo acostumbrado en aquella zona.

Cabe destacar un evento meteorológico extremo, sin embargo: la ola de calor sin precedentes y los incendios forestales asociados que tuvieron lugar durante la primavera en Siberia.

Condiciones actuales

Según el último informe del NSIDC, en estos momentos el Ártico es más océano que hielo, una enorme carretera azul ha estado abierta desde mediados de julio y no se cerrará hasta bien entrado octubre.

Allí, a causa del fenómeno conocido como amplificación ártica, la temperatura está aumentando más del doble de rápido que el promedio mundial.

De eta forma, el Ártico ha pasado de un estado predominantemente helado a un clima completamente diferente al de hace unas pocas décadas

La banquisa ártica se ha derretido de manera tan significativa que incluso un año inusualmente frío ya no tendrá la cantidad de hielo marino de verano que existía tan recientemente como mediados del siglo XX.

Por todo ello, las temperaturas del aire en otoño e invierno también se calentarán lo suficiente como para entrar en un clima estadísticamente distinto a mediados de este siglo.

A ello se le unirá un cambio estacional en la precipitación que dará como resultado meses adicionales en los que caerá lluvia en lugar de nieve.