El primer detector de rayos en órbita geoestacionaria, el Geostationary Lightning Mapper (GLM), está transmitiendo datos nunca antes disponibles para alertar del riesgo de tormentas violentas.
Este rastreador orbital, instalado a bordo del satélite GOES-16, busca continuamente destellos en el hemisferio occidental para que los meteorólogos sepan cuándo se está formando una tormenta, intensificándose y volviéndose más peligrosa. El satélite GOES-16 tiene una órbita circular de oeste a este al rededor de la Tierra.
Un ejemplo es esta tormenta que se desarrolló entre el 28 y 29 de abril y que dio lugar a una gran cantidad de rayos, un par de tornados y una tormenta de nieve en Kansas.