Gota fría y DANA son dos términos que todos los otoños saltan a la actualidad informativa general o especializada en meteorología y que siguen provocando cierta controversia sobre su utilización.

El debate sobre qué expresión debe utilizarse nunca se cierra y mientras hay expertos en la comunicación meteorológica que siguen apostando por la ‘gota fría’, otros lo ven un error y creen más conveniente emplear el de DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos de la atmósfera); opción por la que apostamos nosotros.

La actualidad meteorológica saca estos términos a la palestra

El episodio que tenemos en estos momentos en marcha o por no ir más lejos, el trágico temporal de Mallorca que sufrimos en 2018, son dos ejemplos claros de la actualidad informativa que provocan este interesante debate.

En situaciones como estas, es frecuente leer u oír el uso de ambas expresiones, utilizadas en más casos de lo deseados, incorrectamente.

Desterrar la expresión gota fría

Para muchos meteorólogos y comunicadores es conveniente desterrar el término de gota fría, pues es utilizado en exceso o bien es mal aplicado.

A menudo se da a entender que cualquier episodio de lluvias intensas en las costas mediterráneas entre el final del verano y el arranque del otoño es por culpa de la llamada gota fría.

Y no es así, hay otros muchos tipos de situaciones meteorológicas que pueden provocar lluvias torrenciales en la fachada mediterránea sin que tengan relación con esas situaciones.

Además, la situación meteorológica que recoge correctamente lo que en su día se planteó llamar como gota fría, también podría darse en otras zonas de nuestro territorio y no solo el Mediterráneo.

¿De dónde viene el término gota fría?

La expresión gota fría fue popularizada por Mariano Medina, el célebre meteorólogo y comunicador que desde 1956 a 1985 nos deleitó con sus partes meteorológicos en la televisión pública.

Pero realmente el término lo creo Manuel Ledesma Jimeno, meteorólogo del antiguo Servicio Meteorológico Nacional quién bautizó así a este tipo de borrascas que se forman en altura entre los 5.000 y 9.000 metros de altitud. Esto ocurrió allá por 1949.

Viene del alemán  kaltlufttropfen 

A él se le ocurrió utilizar ‘gota fría’ para adaptar el término alemán kaltlufttropfen al español, una expresión creada por la escuela alemana en 1886 cuya traducción aproximada es gota de aire frío.

En la bibliografía meteorológica es más conocida por su traducción al inglés (cut-off low) , Una expresión que describía perfectamente la formación de borrascas frías en altura sin reflejo en superficie que suelen causar estos temporales en el Mediterráneo.

Por otro lado, un motivo que haría idónea la expresión gota fría, es que cuando una borrasca de este tipo se deja ver en las imágenes satelitales del canal de absorción de vapor de agua, suele visualizarse como una zona oscura, con cierta apariencia de gota, posándose entre otras zonas más claras de la atmósfera. Ese podría ser el núcleo o centro de la baja o gota fría.

Cuando cambia el uso

Por todo comentado anteriormente, tal y como cuenta Ángel Rivera en su blog (siempre tan recomendable) en el entonces Instituto Nacional de Meteorología (INM), decidieron en la década de los años 1990 optar por introducir el término de DANA, acrónimo de Depresión Aislada de Niveles Altos).

¿El motivo? La DANA recoge de forma mucho más completa a todo el fenómeno más la configuración atmosférica que le da origen y que, básicamente, es la formación de una depresión en capas altas de la atmósfera, como resultado del estrangulamiento de una vaguada.

Modelo IFS del ECMWF. Previsión a 24 horas del campo de altura geopotencial de 500 hPa y anomalías correspondientes, 20 de septiembre de 2016, 00 UTC.

Además, como se mencionaba anteriormente, las DANA pueden formarse y afectar a cualquier punto de nuestro país, no son exclusivas del Mediterráneo, algo que pasa inadvertido muy a menudo por los comunicadores meteorológicos.

Una definición de DANA

Desde AEMET nos dan la más precisa posible:


Depresión Aislada de Niveles Altos originada por el aislamiento de un ramal del chorro, polar o subtropical, que posee un movimiento completamente independiente del flujo que lo generó.

Desde el punto de vista del Vórtice circumpolar, una DANA es una zona bien definida, persistente, desgajada y aislada de dicho Vórtice, situada en latitudes más bajas y que posee un desplazamiento propio e independiente del flujo de los oestes.

Referencias