Ondas de montaña, ondas gravitatorias o «Lee Waves». Interacción del flujo de vientos y nubes con las Islas Sándwich del Sur, en el Océano Atlántico Sur. Imagen adquirida el pasado 5 de febrero de 2020.

En esta jornada de sábado queremos presentaros este llamativo fenómeno meteorológico: las ondas de montaña, ondas gravitatorias, o «Lee Waves«. Y es que, con un frente barriendo la Península Ibérica, acompañado de fuertes vientos, este tipo de fenómenos podemos verlos hoy en nuestros cielos.

Ni más ni menos, se trata de la interacción entre un flujo de vientos, la humedad contenida en la masa de aire y puesta de manifiesto en forma de nubes, y los accidentes orográficos (islas, montañas…).

Ondas de montaña formadas a sotavento de las Islas Sándwich del Sur

Las Islas Sándwich del Sur son una cadena de pequeños picos volcánicos en una parte remota del Océano Atlántico Sur, cerca de la Antártida y América del Sur. Las tres islas más altas, Saunders, Montagu y Bristol, se acercan al menos a 1000 metros (3.300 pies) sobre el nivel del mar.

Como se muestra en esta imagen satelital de color natural, tenían la altura suficiente para interrumpir las masas de aire que fluyen alrededor de las islas y crear una serie de nubes de ondas de montaña entrelazadas. La imagen fue adquirida por el espectroradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) en el satélite Terra de la NASA alrededor de las 11 a.m., hora local, el 5 de febrero de 2020, cuando soplaron vientos del oeste sobre las islas.

Modelo conceptual de formación de las ondas de montaña, y radiosondeo atmosférico relacionado.

«Imagínese estar en un bote a motor mirando hacia atrás a los patrones triangulares y con bandas que se forman detrás de usted mientras las olas se forman en el agua», dijo la meteoróloga de investigación de la NASA Galina Wind. “Este es el mismo efecto, excepto que las montañas son estacionarias y el aire circundante corre a toda velocidad. El aire en movimiento golpea la montaña inmóvil de la misma manera que la proa de un bote en movimiento golpea el agua inmóvil».

Fotografías: Lee Anne Wilson. Izquierda: Las ondas son generadas por la embarcación en un mar en calma. Derecha: el patrón es diferente porque en ese momento existen corrientes internas en el mar, bajo la superficie. Demuestran cómo el aire y el agua, son ambos fluidos. Y como tales, muestran propiedades físicas y fenómenos similares.

A medida que el aire se canalizaba alrededor de las islas en febrero, su temperatura y humedad eran adecuadas para que las crestas de las olas de sotavento se elevaran y enfriaran el aire y formaran nubes. “En la cresta de las olas, obtienes nubes. En la ola, no hay nubes «, dijo Wind. «¿Quién sabía que las montañas en medio del océano y las lanchas a motor en un lago tenían tanto en común?»

Las ondas nubosas se habrían formado en el lado de sotavento de todas las islas de la imagen, a pesar de que los patrones no eran fácilmente visibles detrás de todas ellas. «Para las tres islas del norte, las estelas están allí. Pero hay otra capa de nubes en la parte superior, arruinando parcialmente la vista», dijo Wind. «Las nubes tienen la costumbre de ser de varias capas«.

Su relación con el Efecto Föehn

Nada mejor para explicarlo que utilizar este vídeo que la Agencia Meteorológica Británica Met Office emplea cada vez que se da un evento de estas características en el Reino Unido.

Básicamente, el Efecto Foehn es un proceso meteorológico que se produce en varias fases y en el que intervienen por necesidad los accidentes orográficos de una región.

Las montañas actúan en primer lugar como una rampa de ascenso de las masas de aire. En este caso, cuando las masas de aire ascienden por la ladera expuesta de la montaña, se enfría y en ocasiones se produce la condensación de la humedad que contiene, formándose nubosidad y dejando lluvia.

Una vez que las masas de aire han alcanzado la cumbre, comienzan a descender por la otra cara de la montaña, desprovistas de su humedad. Al ir descendiendo, la masa de aire sufre otro proceso termodinámico denominado compresión adiabática. Es decir, la masa de aire cada vez tiene encima una columna de aire mayor que provoca su compresión y su calentamiento.

Además, al tratarse de un fenómeno de subsidencia (movimiento vertical descendente de las masas de aire) es imposible el desarrollo de nubosidad.

Por eso, en las imágenes de los satélites meteorológicos se identifican las llamadas ondas de montaña, que son nubes formando calles u ondas, a consecuencia de estos procesos de ascensos/descensos.