La meteorología y el Internet de las cosas vuelven a cruzar sus caminos. En este caso se trata del gigante del comercio electrónico; Amazon.

La empresa estadounidense pondrá en marcha este próximo verano una web para ofrecer sus productos en función del tiempo previsto en el lugar desde el que se esté consultando la página. Concretamente, Amazon ha diseñado un algoritmo sugerirá al visitante diferentes productos en base a su localización y la evolución de la atmósfera prevista en su zona.

Una idea que se remonta a 2013

Amazon comenzó a gestar este proyecto en 2013, después de constatar que sus clientes realizaban sus compras influenciados por el estado del tiempo reinante o previsto en su lugar de residencia.

El lanzamiento de la web, que podéis visitar en este enlace, está sido promocionado estos días con el hashtag #NowItsSummer, dado que el servicio se pondrá en marcha el 1 de junio de 2017, fecha en la que llega al Hemisferio Norte el verano meteorológico.

El tiempo y las ventas

Según informan desde Amazon, su algoritmo ha permitido a la compañía, conocer entre otras curiosidades que el pico de venta de chanclas es el primer domingo de junio, lo cual permite a la popular compañía internacional prever el stock de muchos de sus productos.

No es el primer estudio en este sentido. Como recordaréis, hace pocas semanas os contábamos que un estudio de investigación constató que la lluvia y el frío incrementaban las ventas hasta en un 2 %.

Internet de las cosas y la meteorología

Se trata de un nuevo ejemplo de como el Internet de las cosas puede ser aplicado con éxito en la meteorología.

Últimamente hemos comentado en Cazatormentas como diferentes empresas están tratando de aprovechar la capacidad que tiene Internet (la nube en concreto) y el trabajo de observación de los aficionados a la meteorología repartidos por todo el mundo, para facilitar una red de datos meteorológicos de mayor calidad, con una extensión cada vez superior y un nivel de refrescamiento más elevado.

Y es que hoy en día la tecnología en la nube permite recopilar información de más de 100.000 sensores meteorológicos, a través de millones de teléfonos móviles, de edificios públicos, estaciones meteorológicas oficiales, en carretera e incluso de vehículos en movimiento.