La intensidad del Huracán Irma que estos días está asolando a distintas islas del Caribe y que pronto pasará a afectar al Sudeste de Estados Unidos, ha vuelto a plantear el debate sobre si es necesario modificar la actual escala para clasificar los huracanes, añadiendo la Categoría 6.

Y es que el hecho de que la temperatura de los océanos esté incrementándose en las últimas décadas hace sospechar a los científicos que cada vez veremos más huracanes, tifones o ciclones con intensidades similares o superiores al de Irma.

No todos los Categoría 5 son iguales

Como sabéis un huracán de categoría 5 implica que la intensidad del viento sostenido que alberga supera los 250 Km/h al menos durante un minuto, pero al no existir un límite superior de velocidad hace que cualquiera de estos colosos tropicales compartan la misma categoría, independientemente de su intensidad.

Por analizar algunos casos recientes de huracanes de categoría 5, es evidente que no es lo mismo la intensidad del huracán Emily (2005) cuyos vientos que alcanzaron los 257,5 Km/h durante 6 horas, que el Katrina, que superó los 280 km/h durante 18 horas… O el caso de Allen, que mantuvo rachas de viento superiores a los 300 km/h durante tres días en 1980 y que está considerado como uno de los mayores de la historia.

Pero ojo con Irma….

Pero ha llegado Irma en 2017 y se han medido vientos sostenidos de 298 Km/h por lo que (como os contábamos ayer) se ha convertido en el huracán más intenso en formarse en el Atlántico, fuera del Mar Caribe y el Golfo de México, desde que se tienen registros.

O lo que es lo mismo, el segundo huracán atlántico más intenso desde que se tienen registros, por debajo Allen pero  superando a Wilma.

Razones de peso para modificar la actual escala

En varias ocasiones nos hemos hecho eco de estudios de investigación que relacionan el aumento de la temperatura global del Planeta con una mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos.

Y respecto a los huracanes, salía publicado hace unos meses en Nature un estudio de investigación abordando las consecuencias que tendrá el aumento de la temperatura de la atmósfera, océanos y mares del Planeta en la intensidad de los huracanes durante el siglo XXI, planteando la posibilidad de que haya que crear una nueva escala de huracanes que contemple la Categoría 6.

Las zonas más vulnerables

Según dicho estudio de investigación, las zonas más vulnerables a la llegada de huracanes de una intensidad no conocida hasta ahora son Tampa en Estados Unidos, Cairns en Australia y la región del Golfo Pérsico.

Si las proyecciones climáticas se cumplen, de acuerdo con este trabajo, hacia 2100 las posibilidades de que se desarrollen esos colosos tropicales se multiplican por 14 veces respecto a la actualidad.

Uno de los gráficos del estudio de investigación publicado en Nature

La Bahía de Tampa en peligro

El trabajo se ha realizado ejecutando varios modelos meteorológicos en los que se introducían posibles datos de la atmósfera y los océanos en el futuro, junto con situaciones meteorológicas históricas pasadas que pudieran servir de referencia para lo que pudiera acontecer más adelante.

En la Bahía de Tampa se podrían desarrollar huracanes con una presión mínima de 830 milibares y vientos sostenidos de hasta 374 Km/h: una intensidad similar a la que puede llevar un tornado EF5 pero en una extensión mucho mayor…

Las mareas asociadas a huracanes de este tipo podrían levantar el mar por encima de los 6 metros… En Cairns las proyecciones auguran mareas de 5,7 metros y de 4 m en Dubai.

Hasta ahora, la marea más alta conocida en Tampa es la provocada en 1921 por un huracán que asoló la zona en octubre de aquel año.

La actual clasificación de Huracanes

Desde 2012, está vigente la última actualización de la intensidad de huracanes publicada por el  Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).

Como sabéis, la actual escala de Hurcanes SaffirSimpson, mide la intensidad de vientos de los ciclones tropicales cuando alcanzan la categoría de huracán. Dicha escala va desde 1 (menor intensidad de vientos) a 5 (mayor intensidad de vientos y por tanto de grado potencial de daños).

Esta última modificación, se realizó con el objetivo de realizar una conversión de las unidades de medida empleadas para estimar la velocidad del viento más sencilla. Puesto que se suelen emplear kilómetros por hora (Km/h), nudos (kt) y millas por hora (mph), la anterior escala inducía a errores a la hora de redondear los valores de velocidad del viento en los límites entre las distintas categorías.