Las lluvias torrenciales y las inundaciones son una característica del clima mediterráneo. Todas las ciudades y pueblos de la ribera mediterránea han registrado en algún momento de su historia episodios de precipitaciones intensas con inundaciones súbitas. En la memoria quedan episodios históricos como la pantanada de Tous pero otros menos conocidos e igualmente importantes se han producido repetidamente.

Y precisamente, la ejecución de sistemas de retención de avenidas ha supuesto la mejor prevención para evitar estos sucesos. Un ejemplo reciente ha ocurrido en Málaga: el día 8 de mayo de 2018 una tormenta muy local, pero bastante severa y estática, dejó lluvias del orden de 120 mm en una hora en el interior de la provincia. La existencia de los embalses de Casasola y el Limonero, evitó males mayores aguas debajo de la tormenta.

La seguridad que proporcionan los embalses de Casasola y El Limonero

En este gráfico facilitado por el Centro de Control del S.A.I.H. de la Red Hidrosur podemos ver el volumen de agua que recogió el embalse de Casasola en pocas horas. Las lluvias intensas que se produjeron entre los municipios malagueños de Villanueva de la Concepción, Almogía y Colmenar pusieron a prueba tanto a esta presa como al embalse de El Limonero, ambos en el entorno de la ciudad de Málaga.

En la actualidad, la regulación de estos embalses permite que no se repitan episodios muy tristes para la ciudad, tan frecuentes hasta la primera mitad del siglo XX, como la terrible riada de 1907.

Las precipitaciones superaron los 80 mm en una hora según el observatorio de Hidrosur en Villanueva de la Concepción, aunque observadores de la zona, colaboradores de nuestro portal, midieron cantidades más altas en la ladera sur de El Torcal de Antequera, con registros superiores a los 120 mm en un ahora seguramente debido al efecto de la orografía.

Arroyos desbordados

Otro ejemplo de la importancia de las precipitaciones fue el caudal que soportaron los arroyos de la zona. En este tuit de Hidrosur podemos ver el antes y el después del aforo del Río Campanillas a su paso por Los Llanes en Almogía. Imágenes que hablan por sí solas.

Problemas en las comunicaciones

Las torrenciales lluvias provocaron cortes de carreteras e inundaciones locales. Pero los daños más graves se registraron en las numerosas fincas agrícolas de la comarca, donde los cultivos se vieron dañados por la intensidad y persistencia de la lluvia.

Unas precipitaciones que llegaron después de dos meses de lluvias abundantes que pusieron fin a una dura sequía: otro patrón climático muy habitual en el clima mediterráneo.

La tormenta en Málaga

En la capital malagueña la tormenta también dejó lluvia intensa, torrencial por momentos, aunque no causó daños de relevancia al pasar rápidamente. En este vídeo timelapse observamos cómo fue el antes, durante y después de la tormenta. En la 1:30 h de grabación observamos como el paisaje desaparece por unos instantes cuando llega la lluvia torrencial.