Petricor: el olor a lluvia, a tierra mojada, es una de las fragancias que más nos agradan de la naturaleza a los aficionados a la meteorología. Una fragancia que se genera más intensa cuando tras meses de sequía, la lluvia vuelve a mojar el suelo: un olor inconfundible embriaga todo el ambiente.

Un estudio científico del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha logrado entender el mecanismo que genera este olor al que incluso han puesto nombre propio: petricor. Os contamos todo acerca de este interesante trabajo de investigación.

Petricor: piedra y líquido

Petricor es el nombre con que han designado al olor a lluvia. Un término derivado de dos palabras griegas: petros que significa piedra e ikhôr que es el líquido que fluye por las venas de los dioses en la mitología griega.

El porqué de esta denominación se comprende al entender el mecanismo que genera este aroma.

Petricor: el olor a lluvia

El mecanismo que genera este olor

Según el trabajo de investigación llevado a cabo por los científicos del MIT, se ha constatado que cuando una gota de lluvia impacta contra una superficie porosa (como puede ser la tierra) atrapa minúsculas burbujas de aire en el punto de contacto.

De forma similar al gas de una bebida espumosa, como la cerveza o el champan, esas burbujas viajan hacia arriba a través de la gota para explotar al llegar a la superficie.

En ese momento liberan una pequeña cantidad de aerosoles, o nubes de partículas en suspensión, procedentes del suelo, responsables de la dispersión del aroma.

Es más, el trabajo llega a predecir la cantidad de aerosoles que se liberan en función de la velocidad de la caída de las gotas y la permeabilidad y porosidad de la superficie de contacto.

Grabación a cámara lenta

Para descifrar este mecanismo los investigadores grabaron con cámaras de alta velocidad gotas de lluvia artificial en su laboratorio, para poder estudiar con detalle, a velocidad súper-lenta cómo el agua contacta con las distintas superficies.

Al analizar la influencia de la velocidad de impacto o de la cantidad de agua que caía, llegaron a la conclusión de que los aerosoles parecen liberarse en mayor cantidad durante lluvias ligeras o moderadas, tras lo que pueden ser transportados por el viento.

Para ello grabaron con cámaras de alta velocidad gotas de “lluvia artificial” generadas en su laboratorio a medida que chocaban con una serie de superficies, según iban variando la velocidad de las gotas al dejarlas caer desde diferentes alturas.

Pero ¿de dónde sale el olor?

Los investigadores creen que en el medio natural dichos aerosoles al subir desde la tierra pueden arrastrar aceites vegetales, otros elementos aromáticos almacenados en el suelo, bacterias y virus.

Esta amalgama de minúsculos componentes, serían los responsables del olor resultante.

Hasta ahora no se sabía que se pudiesen generar aerosoles a partir de la caída de gotas de lluvia en el suelo.

Un experimento muy complejo

El trabajo de investigación ha sido arduo. Los científicos del MIT llevaron a cabo hasta 600 experimentos con 28 tipos de superficie: 12 materiales sintéticos y 16 muestras de suelo.

Además de estudiar suelos comerciales, se tomaron muestras del suelo en los alrededores del MIT y a lo largo del río Charles, en Boston (EE UU).

Petricor: el olor a lluvia

Para recrear el proceso y filmar este con todo detalle instalaron un sistema de cámaras de alta velocidad para capturar el impacto de las gotas.

Al observar la caída de una gota 250 veces más despacio que su velocidad real, las secuencias obtenidas revelaron un mecanismo que nadie había observado hasta ahora.

Cuando la gota se estrella contra la superficie comienza a aplastarse y, simultáneamente, pequeñas burbujas se crean en el punto de contacto con el suelo, atraviesan la gota y son lanzadas al aire.

Dependiendo de la velocidad de caída de la gota y las propiedades de la superficie sobre la que cae, una nube de ‘aerosoles frenéticos’ (por su capacidad de generarse en gran cantidad en un período muy corto de tiempo) se dispersa.

Lee el artículo completo en Nature.