La Antártida no escapa al calentamiento global del Planeta. Especialmente, el Polo Sur también está sufriendo la subida térmica año a año y por lo descubierto ahora, con mayor velocidad de lo que se creía.

La región más fría y extensa de la Tierra está registrando en las últimas décadas temperaturas cada vez más altas a un ritmo preocupante: la tasa triplica a la que registra el resto del Planeta.

Así lo afirma un estudio de investigación que ha sido publicado en Nature Climate Change.

Razones para un incremento tan acusado

Los autores de este trabajo han vinculado esta acusada anomalía a cambios en los vientos oceánicos que llevan hasta el interior de la Antártida un aire más cálido y húmedo.

La incógnita estriba en qué parte de culpa es debida a la acción del hombre: qué porcentaje de dicha alteración se debe al cambio natural del clima y qué cantidad al cambio climático provocado por los humanos.

Estación del Polo Sur Amundsen-Scott

Para seguir la evolución de las temperaturas en la Antártida hay desplegadas diferentes estaciones meteorológicas vinculadas a distintas bases.

La más veterana es la Estación del Polo Sur AmundsenScott a pocos metros del polo sur geográfico, que viene registrado la temperatura en aquel recóndito lugar desde 1957.

El observatorio se ubica en un lugar privilegiado para las observaciones meteorológicas: en la parte más oriental de la meseta antártica y sobre unos 2.700 metros de masa helada.

En esta zona interior apenas hay influencia de los vientos oceánicos, contando con régimen de precipitaciones ínfimo y con las temperaturas más bajas del mundo.

Análisis de las observaciones

Tras analizar los datos de la estación, los investigadores han descubierto que la temperatura media del aire se mantuvo, incluso bajó, hasta 1989 pero que, desde entonces, no ha hecho más que ascender.

En el documento se puede leer que la temperatura media ha subido 1,8 º C desde entonces. Por ejemplo, 2018 fue el año más cálido que se recuerda en la estación, cuando la media fue 2,4 º C a la registrada en los anteriores 40 años.

En la estación rusa de Vostok, a cientos de kilómetros de la Amundsen-Scott se cuenta con otra serie de temperaturas desde los años 1950, lugar que como sabéis fue donde se obtuvo la temperatura más baja registrada en una estación antártica, -89,2º C en 1983.

Aunque faltan mediciones fiables del periodo posterior a la caída de la Unión Soviética, este observatorio registró también en 2018 los 2,4º C de desviación térmica positiva aludidos.

Un calentamiento desigual

No obstante, la temperatura no está aumentando de igual forma en todas las regiones antárticas.

En la zona Occidental, donde hay grandes extensiones de hielo marino se lleva detectando un calentamiento desde los años 1970 pero en el arranque del siglo XXI, ese calentamiento se había parado, aunque en los últimos años vuelve a aparecer.

En la zona Oriental, donde está la meseta antártica, se había mantenido el nivel térmico e incluso con descenso ligeros respecto a la media, lo que favoreció el incremento de la superficie helada.

Y ya en el extremo Sur, antes comentado, el aumento de la temperatura sí es más acusado y constante.

Aquí, en el Polo Sur, los científicos creen que se está calentando sobre todo debido a los sistemas de bajas presiones y fuertes tormentas en el mar de Weddell, que están llevando aire húmedo y cálido desde el Atlántico Sur al interior del continente

Al intensificarse las bajas presiones en el mar de Weddell, se intensifican esos vientos, los cuales llevan aire oceánico más caliente y húmedo al interior del continente provocando el calentamiento observado

¿Por qué se intensifican allí las bajas presiones?

La razón está el Pacífico, al noreste de Australia donde la temperatura superficial del mar está subiendo lo que favorecen la formación un tren de ondas de presión (anticiclones y borrascas) que se desplazan a la zona del Estrecho de Drake (contiguo al mar de Weddell)

Allí se encuentran con el cinturón de ciclones del oeste, reforzando las bajas presiones e intensificando ese proceso de calentamiento del Polo Sur del Planeta.