Los modelos dan señales de que se podría repetir un caso como Delta en 2020

¿Un nuevo caso Delta cerca de las costas españolas? Si por algo se caracterizó la temporada de huracanes atlánticos de 2005, fue por la extraordinaria actividad que se produjo desde el pico climatológico normal.

Un pico que se produce alrededor del 10 de septiembre. Nada menos que 9 fueron los ciclones tropicales que se produjeron durante el mes de octubre de aquel año.

La tempestad tropical Delta se formó durante la segunda mitad de noviembre de 2005. Y lo hizo bajo las condiciones impuestas por un patrón meteorológico muy particular.

¿Por qué precisamente hoy estamos recordando aquel evento? Fácil. Porque el modelo americano GFS / NCEP, en su previsión a largo plazo, nos está produciendo un déjà vu de aquella situación.

¿Quiere decir esto que podemos asistir a un evento como el de la tempestad tropical Delta de 2005, que terminó afectando a Canarias? En términos estrictos, NO. Pero que podemos asistir a un nuevo evento de tropicalización de una baja de origen no tropical.

Recordando a la tormenta tropical Delta de 2005

La tempestad tropical Delta, como se acaba de comentar, tuvo origen en una borrasca que quedó aislada en latitudes subtropicales, lejos al suroeste del archipiélago de las Azores, a mediados de noviembre de 2005.

Imagen visible de la tormenta tropical Delta y posición relativa a Canarias. 27 de noviembre de 2005, 12 UTC. Satélite Meteosat.

El aislamiento de la borrasca se produjo merced a una situación de bloqueo atmosférico muy intenso que se estableció entre la Península del Labrador al otro lado del Atlántico, Groenlandia, y las Islas Británicas, tras una migración del Anticiclón de las Azores hacia ese lugar.

Poco a poco, la borrasca sufrió un proceso de transición tropical, terminando por dar origen a la tempestad tropical Delta, que fue seguida en nuestro foro de debate, en uno de los seguimientos que nos hizo más famosos mediáticamente.

En la jornada del 27 de noviembre es cuando Delta alcanzó su pico de intensidad. Así, según el Centro Nacional de Huracanes de Miami, Florida, USA, alcanzó una presión mínima estimada de 980 hPa y vientos sostenidos de 60 KT.

Precisamente las imágenes satelitales que se muestran más arriba coinciden con este momento (extraoficialmente se cree, con datos en la mano, que llegó a alcanzar la categoría de huracán por un breve espacio de tiempo).

Bloqueo atmosférico y aislamiento de borrascas

Aunque se trata de previsiones a largo plazo, está perfectamente claro que la dinámica atmosférica que se está estableciendo durante las últimas semanas es muy distinta a la de este período en años anteriores.

Hay mucha actividad y movimiento de las piezas del ajedrez atmosférico, e intuimos que hay posibilidades de que puedan darse escenarios como los planteados.

Es decir, escenarios con bloqueos atmosféricos en latitudes altas, que obliguen al descuelgue y aislamiento de borrascas sobre el Atlántico Subtropical.

Y, esto, ¿qué quiere decir? Que, con aguas relativamente cálidas, y condiciones adecuadas de humedad ambiental, estas borrascas aisladas se pueden tropicalizar. Justo lo que pasó en numerosas ocasiones durante aquel tramo final de la temporada de huracanes atlánticos de 2005.

De hecho, en el escenario planteado actualmente por el modelo americano, se intuyen síntomas que invitar a pensar en la ocurrencia de este proceso.

Bajas profundas, temperaturas relativamente cálidas asociadas a sus núcleos al nivel de 850 hPa… Tampoco, y por ahora, hablamos de síntomas muy claros, pero sí de ciertas características que invitan a pensar en que una transición tropical o subtropical puede tener lugar.

Una temporada de huracanes atlánticos 2020 que sigue batiendo récords

Un tuit que resume perfectamente cómo se está comportando la presente temporada de huracanes atlánticos 2020.

Con lo que estamos tratando en esta nueva entrada, nos interesa particularmente lo que ha ocurrido en el Atlántico Oriental. Se trata de los casos de la tempestad subtropical Alpha, y el renacimiento de Paulette al sureste de Azores.

Dos fenómenos que dan mayor soporte a esos posibles escenarios de transición tropical o subtropical, de nuevo cerca de nuestra geografía.