Imagen de la "tormenta perfecta" del 1 de noviembre de 1991
Imagen de la verdadera tormenta perfecta (01.11.1991).
Crédito: NOAA.
 
27.02.10. El término de "tormenta perfecta" que están aplicando algunos medios de comunicación a la profunda borrasca que está sufriendo un proceso de ciclogénesis explosiva y que ya está alcanzando al noroeste de la Península Ibérica, es completamente inadecuado y está conduciendo a una enorme confusión entre la sociedad en general. Esta borrasca no es la tormenta perfecta, y ni siquiera nos parece ético que, para referirse a ella se estén incluyendo imágenes de la famosa película con ese título, de George Clooney. A pesar de todo, en la historia de la Meteorología de nuestro planeta, sí que existe un fenómeno que recibió ese nombre, y sobre el cuál está basada esta película. Y en esta noticia vamos a explicar cuándo y dónde ocurrió (sigue).

 

La confusión generada por el masivo uso de este término en los medios de comunicación ha provocado que la sociedad no supiera cuál era realmente el fenómeno que le iba a afectar a partir del día de hoy: una borrasca muy profunda capaz de generar vientos con fuerza de huracán. Pero esta borrasca no es un huracán, ni un tornado, ni un ciclón tropical. No está llegando el Apocalipsis, aunque el fenómeno será capaz de provocar muchos daños y poner en riesgo la vida de las personas en las zonas donde azotará con mayor intensidad, y que son las que ahora mismo tienen una alerta roja. Por eso no se trata de quitarle importancia, pero tampoco de asustar con términos que inducen a error. Vamos a explicar qué es la verdadera "tormenta perfecta" y dónde ocurrió:

 

Tenemos que remontarnos hasta 1991, y volar hasta Norteamérica. Así, a finales de octubre, una enorme y profunda borrasca extratropical salió al Océano Atlántico desde los Estados Unidos. A la misma vez, un ciclón tropical, que llegó a ser un huracán y recibir el nombre de GRACE, comezó a ser absorbido al final de su vida por esta gran borrasca, destruyendo su organización y siendo integrada en la depresión extratropical.

 

Pero la gran sorpresa llegó cuando la depresión siguió ganando organización y en su seno se formó un ente meteorológico con características tropicales que culminó dando vida a un auténtico huracán, estructuralmente y en todo el verdadero sentido de la expresión: un ciclón tropical con vientos sostenidos con fuerza de huracán (120 km/h, al menos). Precisamente, la imagen que encabeza esta noticia corresponde a este huracán, que se formó en el seno de la enorme borrasca extratropical, en un proceso que ya nos resulta familiar, porque ha ocurrido en el Atlántico Oriental, en las proximidades de la Península Ibérica, con los casos, por ejemplo, de VINCE en 2005, o GRACE en 2009.

 

Este magnífico fenómeno, que provocó el hundimiento del pesquero "Andrea Gail" sirvió de base a la novela que recibe ese nombre de "la tormenta perfecta", o la película con el mismo nombre.

 

Es por esto que nuestra borrasca XYNTHIA, cuyo nombre fue dado durante el día de ayer por el departamento de Meteorología de la Universidad de Berlín, ni por asomo es la tormenta perfecta, ni siquiera se le parece. XYNTHIA destaca por estar sufriendo un marcado proceso de ciclogénesis explosiva, y de este fenómeno podríamos resaltar que los factores que han de darse para que produzca, deben estar perfectamente balanceados para que se pueda asistir a un proceso de una intensidad fenomenal, y parece que nuestra borrasca no está alcanzando una rapidez de intensificación como alcanzó KLAUS a finales de enero del año pasado, y que provocó inmensos daños en todo el tercio norte peninsular y en Francia, sin mencionar los muertos que dejó a su paso.

 

Para saber más sobre la auténtica tormenta perfecta, pinchar en el enlace.

 

En el foro de debate de la web seguimos haciendo seguimiento de las condiciones que XYNTHIA está procurando a la Península Ibérica. Por el momento, persiste la alerta roja a lo largo de la comunidad gallega y en el área del Cantábrico.

 

RECOMENDACIONES

Entre otros consejos, se recomienda a las Comunidades Autónomas adoptar las medidas preventivas necesarias e incluso contemplar la posible suspensión de actos públicos, según la evolución de las previsiones.

En el caso de los ciudadanos, se aconseja que estén muy atentos a las recomendaciones específicas de cada Comunidad Autónoma y a la evolución del fenómeno.

Evitar los desplazamientos por carretera, en la medida de lo posible, y las salidas al monte y al mar; cerrar y asegurar puertas, ventanas o toldos; retirar macetas y todos aquellos objetos que puedan caer a la calle y provocar un accidente.

En el caso de que se produzcan daños materiales debido al viento es conveniente repararlos cuando finalice la alerta. Asimismo, se aconseja no realizar deporte escolar y deportes de riesgo, especialmente de montaña y acuáticos, ni actividades o ejercicio en parques y zonas arboladas, añadió la directora de Protección Civil.

En el tránsito de las calles, es conveniente alejarse de cornisas, muros, árboles o grúas, que puedan llegar a desprenderse y tomar precauciones delante de edificaciones en construcción o en mal estado. También se pide no subir andamios o grúas, sin las adecuadas medidas de protección.

EVITAR LOS VIAJES

En el caso de que se vaya a realizar un viaje hay que extremar las precauciones por la posible presencia de obstáculos en la vía. Si se va conduciendo, conviene extremar las precauciones, especialmente en la salida de túneles, adelantamientos y cruce con vehículos pesados en carreteras de doble sentido. En todo caso, conviene informarse de las condiciones meteorológicas de la zona.

En este sentido, la Dirección General de Tráfico (DGT) prevé la restricción a la circulación de camiones y vehículos pesados por las carreteras más afectadas.

Por último, aquellos ciudadanos que se encuentren en zonas marítimas deben procurar alejarse de la playa y de otros lugares bajos que pueden verse afectados por las mareas y oleajes. En cualquier situación, Protección Civil recuerda el teléfono de emergencia, el 112.