La banquisa ártica es cada vez más joven y de menor espesor. Un estudio de investigación liderado por científicos de la NASA ha constatado que la capa de hielo del Océano Ártico es cada más frágil y que cada invierno se regenera de peor forma que el anterior.

Para llegar a esta conclusión, se han analizado imágenes satelitales y series de observaciones meteorológicas de los submarinos de la US Navy, de más de 60 años de antigüedad.

Se reduce la velocidad de disminución del hielo

Debido a que el hielo es más pobre, tanto en espesor como edad, es cierto que la disminución del espesor del hielo se ha reducido y que el hielo nuevo crece más rápido.

Pero lejos de ser aspectos positivos, la actual banquisa ártica se comporta más vulnerable a la meteorología y al viento que nunca en la reciente historia del Planeta.

Serie de 60 años de antigüedad gracias a submarinos de la US Navy

Este trabajo publicado en la revista Environmental Research Letters no solo ha contado con información obtenida de los satélites meteorológicos, como ha ocurrido con otros estudios similares acerca de la banquisa ártica, sino que también se ha utilizado información desclasificada obtenida pro submarinos de la US Navy.

Los primeros registros de esta serie de datos analizados arrancan en 1958.

Desde 1958 se ha perdido dos tercios del grosor inicial 

Del análisis de datos estudiado se pueden sacar muchas conclusiones y estadísticas. Entre esos datos destacan los investigadores que actualmente el grosor de la banquisa ártica ha perdido dos tercios de su espesor respecto a 1958.

De esta forma, el hielo más viejo se reducido en una superficie de 2 millones de Km2 por lo que ya el 70 % de la banquisa ártica se forma y derrite cada año: una cantidad de hielo estacional que hace pocas décadas atrás era impensable.

Hielo estacional vs hielo multianual

Con el paso de las estaciones es lógico que parte del hielo se vaya derritiendo y re-congelando, pero nunca se había observado tal cantidad de hielo estacional.

El hielo multianual es un tipo de hielo de más calidad, más áspero, duro, robusto y con menos cantidad de sal. De hecho, históricamente se ha utilizado como agua potable por los habitantes o exploradores de la zona.

El hielo estacional tiene más impacto en el clima

Como ya pudimos leer hace unos días con el estudio acerca del Giro de Beaufort, el hielo estacional tiene una influencia en el clima más importante, pues es capaz de viajar más allá del Ártico enfriando zonas próximas del Océano Atlántico.

El calentamiento global realimenta esta situación, haciendo que cada vez haya más hielo frágil y joven en el Océano Ártico.

Para ilustrar este efecto, los autores del estudio destacan lo que ocurrió en el verano de 2013 cuando los vientos dominantes acumularon la capa de hielo contra las costas, lo que hizo que la capa de hielo se volviera más gruesa durante meses y viajara a otras zonas más meridionales.

Menos hielo en general y menos hielo multianual

Esta investigación no se trata del primer estudio que demuestra que cada vez hay menos hielo multianual. Décadas atrás el hielo marino rara vez se derretía en verano pero actualmente es normal que le hielo del Océano Ártico fluya hacia el Mar de Groenlandia Oriental y se derrita allí.

El aspecto más crítico es que no solo hay menos hielo en general, sino que las proporciones de hielo multianual a hielo estacional también han cambiado a favor del hielo joven.

Se estima que en estos momentos, el hielo estacional ahora crece a una profundidad de unos dos metros en invierno, mientras que la mayor parte se derrite en verano.

Referencia: https://www.jpl.nasa.gov/news/news.php?feature=7258